El agua ayuda a la salud tanto interna como externa de la piel. Si tiene la temperatura y la potabilización adecuada, el agua se convierte en el principal agente de limpieza porque aporta algo que no dan los jabones y limpiadores faciales o corporales: oxígeno.
A nivel interno ocurre lo mismo: el agua aporta el hidrógeno y el oxígeno que necesita la piel para mantenerse sana y en óptimas condiciones para hacer frente a las agresiones externas como los cambios de clima, la contaminación y los rayos solares.
Algunos de los beneficios que el agua produce en la piel y que la convierten en el principal aliado del cuidado son:
- El agua contribuye a la regeneración celular aportando minerales, nutrientes y oxígeno, indispensables para que nuestra piel se mantenga sana y llena de vitalidad.
- Tonifica los músculos del cuerpo, incluyendo los de la cara.
- Aumenta la oxigenación favoreciendo la circulación sanguínea en todo el cuerpo.
- Repone los tejidos de la piel y aumenta su elasticidad, retrasando el envejecimiento cutáneo.
- Elimina las toxinas del organismo y otros elementos innecesarios para nuestro cuerpo que interfieren en el proceso de renovación celular y adecuado funcionamiento de nuestros órganos, entre ellos la piel.
- El agua es muy importante para la absorción de los nutrientes de los alimentos, como las vitaminas de las frutas y las verduras, las cuales son necesarias para mantener la piel firme, flexible, fuerte y con luminosidad.
- Lavar la cara con un poco de agua fría ayuda a desintoxicar y dar firmeza a la piel.
Haz del agua tu mejor aliada para la belleza y salud. Una de las ventajas es que la tienes a tu alcance y no necesitas grandes sacrificios para poner en práctica estos consejos.